A menudo nos vemos desbordados y abrumados por el ritmo de la vida diaria. La sociedad exigente en la que vivimos nos empuja con frecuencia a hacer frente a demandas que no nos vemos capaces de abordar o que realmente exceden nuestros propios recursos. Esto puede llevarnos a una situación de estrés o de estrés laboral.
¿Qué es el estrés?
En principio, la respuesta de estrés (también llamada eutrés o estrés bueno) es una respuesta sana del organismo, porque es la encargada de ponernos en marcha, de activarnos para hacer frente a los requerimientos que nos haga el entorno, nos motiva para ser más productivos. Nos carga de energía y determinación ante una dificultad, por ejemplo, cuando una persona encara con entusiasmo su primer día en un trabajo para el que llevaba tiempo preparándose. Este tipo de estrés es pasajero, desaparece pronto y genera emociones positivas.
Sin embargo, si esta sobreactivación del organismo, con carácter negativo, ocurre con mucha frecuencia o durante un tiempo prolongado, obligándonos a forzar nuestro cuerpo y mente, aparece el estrés negativo (o distrés) y tiene efectos nefastos tanto a nivel físico como a nivel psicológico y emocional. Un jefe que grita constantemente, la posibilidad de perder el empleo, alto nivel de competitividad en el trabajo, un exceso de actividades diarias que no permite disfrutar de tiempo de ocio y descanso, estar sometido a elevados niveles de ruido durante mucho tiempo, atascos de tráfico, son circunstancias que pueden desencadenar problemas de estrés laboral.
Cuando una persona está sufriendo estrés laboral puede ver afectadas negativamente todas las esferas de su vida:
- Física: dolores de cabeza y espalda, problemas digestivos (úlcera, estreñimiento, colon irritable), falta de apetito, insomnio, cansancio, taquicardias, problemas en la piel, pérdida del cabello, irregularidad en la menstruación, asma, etc.
- Emocional: ansiedad, depresión, irritabilidad, apatía, agresividad, baja autoestima, bajo deseo sexual.
- Cognitiva: problemas de atención, concentración y memoria, pesadillas, miedo al fracaso, dificultad para tomar decisiones
- Comportamental: aislamiento, problemas de pareja, consumo excesivo de café, consumo de drogas (alcohol, tabaco, cocaína, etc.), comer en exceso, problemas laborales.
¿Cómo se soluciona el estrés?
La terapia para el estrés laboral aborda el problema de forma global, actuando desde todas las perspectivas posibles. El tratamiento es individualizado, dependiendo de las circunstancias y las características de cada persona. Tras un estudio pormenorizado de todos los factores que han originado y manteniendo el problema, se ponen en práctica las estrategias más adecuadas para cada persona.
Las técnicas que se han demostrado más eficaces y que se ponen en práctica en la terapia están relacionadas con:
- Entrenamiento en relajación
- Gestión y control emocional
- Técnicas para aumentar la autoestima
- Planificación de hábitos de vida saludables (dieta, ejercicio, descanso)
- Entrenamiento en solución de problemas y toma de decisiones
- Establecimiento de metas y gestión del tiempo.
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