Problemas sexuales

La sexualidad es una parte muy importante de la vida de las personas, fuente de satisfacción, salud y autoestima. Son muy numerosos los beneficios de mantener una vida sexual sana, tanto a nivel físico como psicológico y de pareja. Sin embargo, cuando surgen problemas sexuales, esta área se convierte en un motivo de frustración y malestar que puede afectar negativamente tanto a la persona que lo padece como a las relaciones de pareja.

En 1978 Master y Johnson describieron la respuesta sexual humana dividiéndola en distintas fases:

  1. Deseo: Interés o sensación de necesidad de contacto sexual.
  2. Excitación: En esta fase los cambios a nivel físico empiezan a notarse, el pene se agranda, se endurece y vuelve erecto; la vagina se lubrica y la vulva se dilata.
  3. Meseta: Durante esta etapa la respiración aparece entrecortada, aumenta la tasa cardiaca, la temperatura y la tensión muscular. Aparece también el rubor sexual, enrojecimiento del pecho y la cara.
  4. Orgasmo: Se producen contracciones involuntarias de la musculatura pélvica acompañas de sensaciones placenteras.
  5. Resolución: Tras el orgasmo el cuerpo vuelve a la normalidad.

Cuando ocurre un problema en alguna de estas fases aparecen las llamadas disfunciones sexuales, las cuales causan gran un gran malestar emocional tanto individual como interpersonalmente.

¿Cuáles son las causas?
Son múltiples las causas que están en la base de estas disfunciones, problemas médicos, efectos colaterales de tratamientos farmacológicos, abuso de sustancias, etc. No obstante, en gran parte de los casos se deben a factores emocionales y/o  psicosociales como  poca información o información errónea sobre sexualidad, haber recibido una educación rígida, haber sufrido experiencias sexuales negativas en el pasado, a la falta de autoestima, al miedo a la intimidad, miedo a perder el control de los propios impulsos sexuales, conflictos de identidad de género, temor al embarazo y a contraer enfermedades, conductas sexuales inadecuadas, problemas de ansiedad, estilos de vida poco saludables, problemas de pareja, etc.

¿Cómo se solucionan?
En la terapia enfocada a conseguir una mayor satisfacción sexual (individual y de pareja), una vez descartadas las causas físicas, se realiza un estudio pormenorizado sobre los factores que están generando y manteniendo el problema en cada caso, facilitando una explicación profunda del mismo. En fases posteriores se ponen en marcha los procedimientos cognitivo-conductuales que se han demostrado más útiles en para abordar los problemas sexuales. Están encaminados a mejorar el conocimiento sobre la sexualidad de uno mismo y de la pareja, a reducir las creencias y pensamientos desadaptativos y de la ansiedad relacionada, al entrenamiento en comunicación, a aumentar la autoestima y a la instrucción en habilidades específicas para la gestión del problema y que enriquezcan el repertorio sexual.  De esta forma se dota a la persona de las herramientas físicas y emocionales necesarias para conseguir una vida sexual adecuada, plena y perdurable.

Algunos de los principales problemas son:

Este problema se define como una disminución acusada o ausencia total de deseos de actividad sexual de forma permanente, lo cual genera malestar en la persona que lo padece y/o dificultades en las relaciones de pareja.

¿Cuáles son las causas?
Como en todos los problemas sexuales, antes de comenzar un tratamiento para el bajo deseo sexual, hay que descartar que las causas de este deseo inhibido estén relacionadas con otros problemas psicológicos (como ansiedad o depresión, entre otros), médicos (como la fibromialgia o la diabetes) o a efectos derivados del consumo de sustancias o fármacos.

Cuando las causas son psicológicas o psicosociales, éstas suelen estar relacionadas con factores como la rutina en las relaciones sexuales, periodos de estrés y ansiedad, etc. Las personas que sufren bajo deseo no disfrutan de las relaciones sexuales y tienden a evitarlas, por lo que, a menudo, se convierte en fuente de conflictos con la pareja.

¿Cómo se soluciona?
A través de la terapia se evalúan todos los motivos que pueden estar provocando y manteniendo este bajo nivel de deseo y se trabaja facilitando una explicación profunda del mismo. Posteriormente, se llevan a cabo loa procedimientos cognitivo-conductuales que se han demostrado más útiles en para abordar el problemas de bajo deseo sexual. Están dirigidos a mejorar el conocimiento sobre la sexualidad de uno mismo y de la pareja, a reducir las creencias y pensamientos desadaptativos, al entrenamiento en comunicación y a la instrucción en habilidades específicas para la gestión del problema y que enriquezcan el repertorio sexual.  De esta forma se dota a la persona de las herramientas físicas y emocionales necesarias para conseguir una vida sexual adecuada, plena y perdurable.

Se considera este problema cuando la persona presenta rechazo y repulsión elevados y constantes hacia los contactos sexuales genitales, evitando este tipo de acercamientos. Todo ello provoca malestar individual y dificultades en la relaciones de pareja.

¿Cuáles son las causas?
Si bien no es uno de los problemas más frecuentes, se da más a menudo en mujeres que en hombres y suele ir asociado a otros trastornos psicológicos (depresión, trastorno obsesivo-compulsivo, etc) u otras disfunciones sexuales como la dispareunia o dolor en el coito.

¿Cómo se soluciona?
Mediante la terapia se estudian en profundidad todos aquellos factores personales que están afectando a este problema, trabajándolos uno a uno, de manera que se pueda llegar a disfrutar de una vida sexual sana y satisfactoria.

La anorgasmia es una incapacidad recurrente de alcanzar el orgasmo. Se considera cuando, tras una fase de deseo y excitación normales y una estimulación adecuada, no se consigue obtener el orgasmo deseado.

Junto con la falta de deseo, es problema sexual más habitual en la mujer.

Existen varios tipos de anorgasmia:

  • Anorgasmia primaria: nunca se ha experimentado un orgasmo.
  • Anorgasmia secundaria: anteriormente se han experimentado orgasmos, pero han dejado de producirse.
  • Anorgasmia situacional: sólo se alcanza el orgasmo en determinadas situaciones. Por ejemplo, se llega al orgasmo con masturbación, pero no con penetración.

¿Cuáles son las causas?
Sólo en un porcentaje muy bajo de los casos, la causa de este problema es orgánica. En su mayoría, las causas de anorgasmia las encontramos en el área psicológica (como haber sufrido una experiencia sexual traumática, problemas de autoestima, miedo a no ser lo que la pareja espera que sea, miedo a perder en control de la propia respuesta sexual, ansiedad de actuación, sentir vergüenza del propio cuerpo, etc.) y/o en el área psicosocial (haber recibido una educación rígida o equivocada sobre la sexualidad, problemas de pareja, etc.)

¿Cómo se soluciona?
El tratamiento está dirigido a indagar sobre los factores que están generando y manteniendo el problema en primer lugar. La terapia incluye educación sobre la respuesta sexual femenina, entrenamiento en comunicación, gestión emocional y de las creencias disfuncionales, fortalecimiento de la autoestima y las habilidades sexuales específicas necesarias para disfrutar de una sexualidad plena y satisfactoria.

La anorgasmia masculina o eyaculación retardada es una disfunción sexual caracterizada por la imposibilidad que experimenta el hombre al eyacular, a pesar de tener la erección y excitación adecuadas, por lo tanto, no se puede culminar el acto sexual o se hace más tarde de lo deseado. 

¿Cuáles son las causas?
Aunque este trastorno puede deberse a factores orgánicos (obstrucción de las vías seminales, problemas hormonales, etc), a efectos colaterales de fármacos o el consumo de sustancias, en la mayoría de los casos, las causas son de origen psicológico o sociocultural ( falta de información en torno a sexualidad, sentimientos de culpa y vergüenza, estrés, autoexigencia excesiva en la relación sexual, centrar la atención solamente en el placer del otro, conflictos de pareja)

¿Cómo se soluciona?
La terapia está dirigida en primer lugar a identificar cuáles son los factores que está incidiendo en la disfunción en cada caso. Posteriormente se pone en marcha un plan de acción a través del cual se instruye al hombre sobre educación sexual,  en el manejo de técnicas específicas, en el control de la ansiedad y estrés,  en gestión emocional y de los pensamientos desadaptativos (autoexigencias irracionales), en comunicación con la pareja y aumento del repertorio sexual. En definitiva, se dotará de las herramientas necesarias para gozar de una vida sexual plena y satisfactoria.

La eyaculación precoz es una falta de control sobre el impulso eyaculatorio, una expulsión súbita del semen que se produce antes del momento deseado por el hombre, el cual no es capaz de controlar el reflejo. Esto provoca sentimientos de culpa, ansiedad, etc. durante las relaciones sexuales, que dejan de ser vividas como una experiencia placentera.

¿Cuáles son las causas?
La eyaculación precoz es uno de los problemas sexuales más comunes entre los varones.

Las causas (no orgánicas, como infecciones o prostatitis) más frecuentes suelen ser estar relacionadas con una educación errónea sobre la sexualidad, prácticas sexuales inadecuadas, problemas de ansiedad por la actuación, miedo a no “dar la talla”, estrés, etc.

¿Cómo se soluciona?
Al comenzar una terapia psicológica (una vez que se haya descartado que las causas del problema sean de origen orgánico) se indagará en la vida sexual, educativa y psicosocial del paciente, de manera que se localicen todos aquellos factores que hayan originado el problema y los estén manteniendo. Posteriormente se pone en marcha un plan diseñado de forma individual a través del cual se instruye al hombre sobre educación sexual, control de la ansiedad, gestión emocional y de los pensamientos desadaptativos, comunicación con la pareja y control del impulso eyaculatorio. En definitiva,   se dotará de las herramientas necesarias para controlar la situación y gozar de una vida sexual plena y satisfactoria.

La disfunción eréctil (o, mal llamada, impotencia) es la incapacidad repetida de lograr mantener una erección lo suficientemente firme como para tener una relación sexual satisfactoria. Ha sido, con diferencia, la disfunción sexual más estudiada.  Provoca un profundo malestar individual y problemas de relación interpersonal.

¿Cuáles son las causas?
Son muchos los motivos fisiológicos que dan lugar a esta dificultad de erección (relacionados con la edad, hipertensión, arteriosclerosis, efectos secundarios de fármacos, etc.). Cuando son las causas psicológicas las que están tras el trastorno, son los relacionados con la ansiedad los más habituales (miedo a no dar la talla, a no rendir “como es debido”,  miedo no ser lo que el otro espera,  estrés, conflictos de pareja, etc.) También puede estar provocada por otros problemas emocionales como depresión o estar pasando por un proceso de duelo.

Al igual que en las demás disfunciones sexuales, antes de comenzar el tratamiento, es preciso descartar que la causa sea de origen orgánico, aunque, cualquiera que sea el origen del problema, es beneficioso recibir una terapia psicológica.

¿Cómo se soluciona?
La terapia está dirigida a identificar los factores psicológicos y psicosociales que están incidiendo en la disfunción en primer lugar. Posteriormente se pone en marcha un plan de acción a través del cual se instruye al hombre sobre educación sexual, control de la ansiedad y estrés, gestión emocional y de los pensamientos desadaptativos (autoexigencias irracionales), comunicación con la pareja y aumento del repertorio sexual. En definitiva, se dotará de las herramientas necesarias para gozar de una vida sexual plena y satisfactoria.

Vaginismo es la dificultad o imposibilidad de realizar el coito debido a contracciones involuntarias de los músculos del tercio inferior de la vagina. En algunos casos produce dolor, ardor o punzadas durante el coito. En otros casos, la constricción provoca un “cierre” total de la entrada de la vagina, por lo que la penetración se hace imposible.

Las mujeres que padecen este trastorno pueden obtener placer y orgasmos a través de otros medios que no impliquen penetración.

¿Cuáles son las causas?
Las causas que pueden dar lugar al vaginismo son múltiples, aunque la mayoría de ellas son de carácter psicológico y/o psicosocial, como haber sufrido una experiencia negativa, haber recibido una educación muy rígida o equivocada sobre la sexualidad, poca comunicación con la pareja, baja autoestima, miedo a mostrar la desnudez, etc.

¿Cómo se soluciona?
El tratamiento está dirigido a explorar las causas del problema en cada persona. Tras un estudio profundo se pone en marcha un plan terapéutico que incluye información sexual adecuada, entrenamiento en comunicación con la pareja, mejora de la autoimagen y la autoestima, reprocesamiento de posibles experiencias negativas perturbadoras, dotando a la mujer de las habilidades necesarias para experimentar una vida sexual saludable y satisfactoria.

La dispareunia, también llamada coitalgia, es el coito doloroso. El dolor puede ir desde la irritación vaginal tras la penetración hasta intensas molestias antes, durante o después del coito.

¿Cuáles son las causas?
Puede estar causada por sensibilidad tras una operación quirúrgica, por endometriosis, por inflamación pélvica u otras enfermedades médicas. Si se ha descartado que el origen sea físico, las causas psicológicas que pueden ocasionar este problema suelen estar relacionados con la ansiedad, depresión, baja autoestima, desconfianza de la pareja, ira, comunicación inadecuada y pautas educativas recibidas sobre la sexualidad, etc.

¿Cómo se soluciona?
En la terapia psicológica para la dispareunia, en primer lugar, se exploran todos los factores personales y de relación que puedan estar incidiendo en el problema. Posteriormente se ponen en marcha plan terapéutico global que incluye educación sexual adecuada, entrenamiento en comunicación, habilidades de afrontamiento, fortalecimiento de la autoestima y gestión emocional. El objetivo es que la mujer pueda disfrutar de una vida sexual plena y satisfactoria.

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